Hace tres años, Decker rechazó a Misha porque no creía que estuviera preparada para asumir las presiones de ser la compañera del alfa. Su rechazo no la obligó a alejarse, y durante todos esos años, ella vivió a su lado, lidiando con el dolor de verlo todos los días. Abandonada al nacer y dejada con la manada Masters, Misha tolera su destino. Pero no puede soportar el riesgo de que él tome a otra persona, y planea marcharse.
Decker no la quiere, pero tampoco dejará que se vaya.
Ella le demostrará.
Decker sólo ha conocido a Misha por su predisposición, y ahora es el momento de que vea lo que ocurre sin su ayuda. Con tantas quejas y peticiones, dirigir una manada nunca es fácil. Negarse lo que quiere no puede perdurar, y siente la necesidad de reclamar a Misha para sí mismo. Cuando Decker decide dejar de luchar, no hay quien lo detenga. Es su compañera, nunca la dejará ir. Hará lo que sea necesario para protegerla.
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