Dicen que hay que tener a los enemigos cerca y los míos están a mi alrededor.
En el centro hay cuatro hombres peligrosamente guapos.
El hombre que quiere iluminar mi oscuridad y ya pagó el precio por amarme.
El hombre que puede manejar mi poder y ama cada centímetro oscuro de mí.
El hombre que ha sido mi compañero más cercano y que ahora amenaza con poner patas arriba nuestro mundo cuidadosamente equilibrado, por mí.
Pero el cuarto hombre es probablemente el más aterrador. Quiere llevarse a los otros. Quiere arrancar la vértebra de mi imperio. Destruir mis negocios. Destruirme a mí.
¿Por qué?
Porque el hombre que debería haber permanecido muerto me quiere a mí y no se detendrá ante nada hasta arrancar mi sangriento y palpitante corazón y dejarme rota.
Debería recordar con quién está tratando... Ya no soy la chica que conoció.
Soy Hades.
Esta vez, cuando la muerte venga a por él, me aseguraré de que se quede.
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