Los monstruos no nacen, se crean.
Ciaran.
Me llaman el estrangulador irlandés porque así empezó todo. Con mis manos en el cuello del hombre que me moldeó, que me arregló, que liberó las tinieblas de mi alma.
Pensé que el dolor sería todo lo que conocería hasta que ella se desató sobre uno de mis enemigos.
Ahora todo lo que quiero es a ella.
Parisa.
Dicen que un villano es un héroe cuya historia aún no ha sido contada.
Tenía quince años la primera vez que me obligaron a matar. Una joven sin idea de lo que ese primer paso sentiría en la oscuridad de mi alma. Cómo me dejaría caminando en las sombras y abrazando la oscuridad.
Mi vida se ha consumido con la venganza y el dolor hasta él.
Dos personas rotas.
Dos almas fragmentadas.
Dos corazones que se necesitan solo para respirar.
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