Un tentador salvador, un viejo amor y un alienígena desquiciado empeñado en destruirlo todo.
La aparentemente interminable guerra con los Grutex ha causado muchos inconvenientes a Amanda, pero ninguno ha sido tan grave como perder la financiación del proyecto en el que estaba trabajando y que se supone ayudará a salvar a la humanidad. Cuando arriesga tontamente su vida para continuar su investigación, Amanda se ve lanzada al camino de un alienígena como nunca ha visto, que afirma que ella es su pareja. El problema es que no es el único que hace esa afirmación.
Como embajador de su pueblo, Oshen está acostumbrado a manejar situaciones delicadas, pero nunca ha estado en una tan delicada como ésta. En lugar de ilustrar al gobierno de la Tierra sobre la existencia de la Ley Galáctica y su derecho a buscar ayuda, se encuentra cara a cara con el único ser que ha esperado encontrar toda su vida: su pareja. Pero la pequeña humana está en problemas y tiene que convencerla de que abandone la Tierra o se arriesga a perder lo más importante que ha tenido nunca.
Condenado. Maldito. A Gulzar le han llamado muchas cosas a lo largo de su vida. Muchos en su tribu se niegan a mirarlo, y ¿quién podría culparlos? La única luz en su vida ha sido su pequeña diosa, el único ser en todo el mundo que lo mira sin juzgarlo. Cuando tiene una visión de ella en apuros, Gulzar sabe qué hará todo lo posible por la hembra que ama.
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