Carolyn Evert no podía soportar la preocupación y el estrés constantes que conllevaba tener un prometido de los Navy SEAL, así que rompió con él... y entonces se dio cuenta de que estaba embarazada. Después de que el silencio absoluto respondiera a sus repetidos intentos de informar a Zach del embarazo, Carolyn siguió adelante con su vida. El pequeño Austin es feliz y está sano, y aunque odia la idea de que crezca sin un padre, está decidida a mantener la joyería que fundó su madre y a asegurarse de que Austin nunca se sienta indeseado. Pero todo cambia cuando la tienda es asaltada a punta de pistola. Carolyn engaña al ladrón y neutraliza la situación de los rehenes, y entonces aparece Zach como parte del equipo de seguridad. Zach no tarda en explicar que no tenía ni idea de lo del embarazo y Carolyn termina accediendo a que entre en la vida de su hijo... pero tiene muchas más dudas a la hora de dejar que Zach entre en su propio corazón.
Zach Vale no dejará que nada le impida ser el mejor padre posible. Si Carolyn no quiere tener nada que ver con él, vivirá con ello. Pero no puede evitar querer protegerla a ella y a su hijo. Pronto se hace evidente que el robo no es un incidente aislado y que algo más que el negocio de Carolyn está en peligro, especialmente cuando ella insiste en investigar el robo por sí misma. Mientras ella trabaja para resolver el misterio de quién está detrás de los crueles ataques, Zach trabaja para formar parte de sus vidas y mantenerlos a salvo. Después de todo, sigue enamorado de Carolyn, y tal vez si puede ser su héroe por una vez, pueda convencerla de que le dé otra oportunidad.
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