Consejos de mi futura yo: No le pidas a tu mejor amigo que te dé lecciones para echar un polvo.
Ups. Demasiado tarde.
Ya le rogué a mi mejor amigo estrella de rock que me dé lecciones de seducción.
Y Shep, dulce, fuerte, siempre apoyándome, ya me decepcionó, demostrando que no tengo ningún juego, incluso con las personas que profesan preocuparse por mí.
Ahora, nunca superaré mi vergüenza ni entenderé por qué soy un fracaso con el sexo opuesto.
O eso supongo... hasta que Shep cambia de opinión, aceptando tres semanas de estudio ardiente entre colegas antes de irse de gira y separarnos como amigos.
Shep jura que no puede darme lo que necesito en una relación real, pero cuanto más tiempo pasamos juntos, más segura estoy de que él es el único que puede. Y voy a hacer todo lo posible para convencer a mi tutor súper protector de que puedo manejar cualquier cosa que la vida, o el amor, nos presente.
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