Hay tres cosas que son seguras en esta vida.
La muerte.
Los impuestos.
Y que si quiero algo, lo conseguiré, no importa lo que cueste.
Desde el momento en que puse mis ojos en Olivia Cooper, lo supe…
Era mía.
No estuvo de acuerdo, pero no iba a dejar que eso me detuviera.
Ella era todo sobre lo que pensaba.
Era mi obsesión.
Así que observé.
Estudié.
Tonteé con ella y jugué.
En ella, había encontrado a mi pareja perfecta, porque respondía a cada uno de mis desafíos con uno propio. Peleaba y me encantaba. Merece la pena luchar por todas las cosas buenas, ¿verdad?
El problema era que ella pensaba que todo era un juego, pero nunca me rendiría. Vi algo en ella que me hacía ansiar más.
¿Qué veía ella en mí?
Crueldad.
Brutalidad.
Un soldado de la calle con sed de venganza.
Yo era un virus y ella era inmune.
¿O no?
De donde vengo, me llaman el Psicópata.
Y estoy a punto de mostrarle al mundo exactamente por qué.
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