publisuites

martes, 1 de septiembre de 2020

Carrie Aarons

 

All the Frogs in Mangattan

¿Sabes que Cenicienta tenía la zapatilla de cristal, el carruaje de calabaza y el hada madrina?

Sí... con tacones de aguja que destruyen los pies, Uber y un horóscopo de Twitter, mi vida está lejos de ser un felices para siempre.

De hecho, en lugar del Príncipe Azul, termino saliendo con cada rana babosa, escamosa y sin cerebro en el reino de Manhattan. Y por rana, me refiero a todos los tipos malos estereotipados de los que las películas que mamá y Lifetime te advirtieron.

El jugador con cabeza hueca.

El hijo de mamá.

El lanza nombres.

El tacaño.

Si apestas en las relaciones, probablemente he besado esos labios fríos y húmedos con la esperanza de encontrar el amor. Hasta que un día, un hombre con problemas de compromiso se ofrece a ayudarme a encontrar el Romeo de mi Julieta.

Pero, ¿qué pasa cuando la rana, que se suponía que nunca se convertiría en príncipe, te besa a medianoche? Bien, él me propuso una tarde de deleite después del brunch, pero no todo puede ser directo de un cuento de hadas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...