Sólo quería un beso.
Un beso, bajo la oscuridad de la noche, en una ciudad donde nadie nos conocía.
Un beso alimentado por mis hormonas y el alcohol y el dolor cegador por la pérdida de mi madre.
Un beso del hombre que me dije que era intocable. Pero no se detuvo en un beso.
Y ahora estamos corriendo a toda velocidad por una carretera sin intención de parar.
Su toque me desarma.
Su beso me revive.
Pero, nuestro amor, podría destruirme.
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