Mi vida es una mierda.
Todas las demás criadoras humanas tienen machos que están locos por ellas, ¿pero tengo yo eso? No. Ni siquiera cerca. Mi alienígena es el futuro rey de la raza Dravians y créeme, se comporta como un auténtico imbécil.
Sí, claro, está buenísimo, pero eso no es lo importante.
De todos modos, todavía estoy intentando averiguar cómo conseguir que haga lo que quiero cuando me tropiezo con los planes de un asesinato. Decido involucrarme porque si alguien va a matar al príncipe sexy voy a ser yo. Sobre todo, si me llama su “namori” una vez más. Sea lo que sea que eso signifique.
Así que ahora intento mantenernos con vida, pero lo pone todo difícil con sus besos y su... bueno, digamos que será mejor que mantenga mi mente concentrada y mis piernas, er... boca cerrada.
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