Con el enemigo muerto, mi trono espera mi regreso.
Pero la razón por la que sigo en pie está siendo cautiva de otro enemigo. Moveré el cielo y el infierno para encontrarla, pero cuando lo hago, todo cambia para siempre.
Ella está rota, rota por mi culpa.
La única forma de salvarla es volver a ser el despiadado líder que una vez fui. Se ha librado una guerra, y para ganar, necesito matar hasta el último traidor y reconstruir mi reino para hacerla sentir segura una vez más.
Sin embargo, esta guerra no es como ninguna otra. Y mi enemigo no se detendrá hasta que uno de nosotros esté muerto. Pero no tiene ninguna posibilidad. Ninguno de ellos la tiene.
Soy un hombre malo. Y estoy bien con eso.
Este es mi mundo. Mis reglas.
Soy el maldito rey, y es hora de acomodarme mi corona.
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