¿De dónde venimos? ¿Qué se supone que hacemos aquí? ¿A dónde vamos?
Son estas las preguntas que nos hemos replanteado incontables veces a lo largo de nuestra vida,
somos seres que nos cuestionamos todo, desde porque cae el agua de arriba hacia abajo hasta si existe la vida después de la muerte. Pero hay una cuestión que siempre se ha planteado y no es solo en estas nuevas generaciones, hablando de la vida extraterrestre.
somos seres que nos cuestionamos todo, desde porque cae el agua de arriba hacia abajo hasta si existe la vida después de la muerte. Pero hay una cuestión que siempre se ha planteado y no es solo en estas nuevas generaciones, hablando de la vida extraterrestre.
Primero que nada, hay que definir la palabra extraterrestre, denominándola, como todo ser vivo procedente de un planeta distinto a la tierra. Ahora, hay que decir que en la Vía Láctea es inmensa, se cree que hay alrededor de cien millones de planetas, lo cual al menos hay diez mil millones de planetas semejantes a la Tierra. Eso nos hace llegar a nuestra principal cuestión, ¿Existirá la vida extraterrestre en alguno de esos planetas semejantes a la tierra? En mi opinión seriamos unos ilusos si contestáramos que no.
Como anteriormente mencione, somos una generación donde nos cuestionamos todo ya que hemos avanzado no solo como personas si no tecnológicamente, tomamos la idea de no creer en algo si no lo hemos visto, pero en el tema de los extraterrestres no podríamos aplicar ese mismo ideal.
Se han demostrado avistamientos de la Vida Extraterrestre, grabaciones donde la gente no se explica que es lo que sucede, luces en el cielo, objetos voladores, desapariciones misteriosas de objetos e incluso personas, entre otros. Pero, ¿Por qué negar la vida extraterrestre?
La única civilización tecnológicamente avanzada que conocemos es la nuestra, y ha vivido como tal (es decir, con capacidad para comunicarse mediante ondas de radio con otros puntos del espacio) unos 70 años. Esto es, un lapso muy pequeño comparado con la vida de la galaxia. Supongamos que se descubre vida inteligente cerca de Alfa Centauri, la más próxima entre todas las estrellas del Universo. Si en este momento dijésemos ¡Hola!, nuestro llamado demoraría algo más de cuatro años en llegar a ellos; si respondiesen de inmediato pasarían otros 4 años largos antes de que su respuesta a nuestro saludo llegase de vuelta. Por lo tanto, es una posibilidad bastante poco excitante la de hablar por teléfono de ida y vuelta, en vivo y en directo, con nuestros vecinos más próximos.
Pero qué pasaría si la vida extraterrestre hubiera llegado a nuestra tierra y se hubiera comunicado con nosotros, quizás no en estas últimas generaciones, hablemos de 1000 años atrás o más. Hay demasiadas culturas que hasta hoy no se explican sucesos que pasaron miles de años atrás, un ejemplo son los mayas.
El libro sagrado de los mayas, el Chilam Balam, dice lo siguiente:
“Seres descendidos de los cielos llegaron en extrañas naves voladoras. Eran dioses blancos que vuelan en unos discos luminosos y alcanzan nuevamente las estrellas”.
Si el hombre ha podido salir al espacio y regresar, porque negar que otras civilizaciones pudieran hacer lo mismo con nuestro planeta.
Manuscritos antiguos, pinturas halladas en cuevas y edificaciones pétreas, hacen suponer que nuestros antepasados no sólo observaron objetos extraños en el cielo, sino hasta que tuvieron contacto con seres del espacio.
En México específicamente, se cree que las culturas prehispánicas como la maya y la olmeca, obtuvieron parte de sus conocimientos gracias a los visitantes del espacio.
Los mayas, quienes se dispersaron por la península de Yucatán, Tabasco, Chiapas, Guatemala, Belice y algunas regiones de Honduras y el Salvador, se caracterizaron por sus altos conocimientos matemáticos y astronómicos. Los mayas, sin contar con telescopios modernos, pudieron calcular la órbita de algunos planetas como Venus; además de saber cómo estaba formado nuestro sistema solar.
El antropólogo Raymond Cartier al hacer un recuento de las civilizaciones desaparecidas, dijo que la cultura maya destaca sobre la griega y romana por su ciencia.
Como ejemplo de sus avanzados conocimientos, tenemos que el calendario maya fija un año terrestre de 365.2420 días, el actual, es de 365.2422; con un error de dos diezmilésimas, los mayas llegaron a la misma cifra que nosotros después de largos cálculos.
Sobre la cultura maya, Cartier agrega:
“Poseedores de profundos conocimientos matemáticos y astronómicos, llevaron una perfección minuciosa la cronología y la ciencia del calendario. Construían observatorios con cúpulas mejor orientadas que el de París en el siglo XVII, como el Caracol sobre tres terrazas de su capital de Chichén Itzá”.
El mismo Hernán Cortés al conquistar México en el siglo XVI, se sorprendió de las espléndidas construcciones halladas en Teotihuacan; al preguntar quiénes y cómo fueron edificadas, los aztecas respondieron que ellos no las habían hecho, sino los Quinanatzin, una raza de Dioses gigantes llegados del cielo en tiempos del Segundo Sol.
Como conclusión solo puedo decir que yo sí creo en la vida extraterrestre, en mi opinión, hay muchos misterios sin, nuestra misma cultura está rodeada de incógnitas, que hasta el día de hoy no se han podido resolver. Por qué negar la vida inteligente fuera de nuestro planeta, quizás por el mismo orgullo de no ser los únicos en toda la galaxia, quizás por no tener el suficiente contacto con ellos, quien sabe, lo único que me queda por señalar es que no estamos solos.
Elvira Ramos
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