Te fuiste quedando dormido, con mi mano agarrada. Veo tu
cara tan pacifica, estas tan cerca pero poco a poco te vas alejando de mí.
Aún recuerdo como nos conocimos, estaba en una cafetería y
tu quisiste impresionarme, no te diste cuenta que estaba esperando a alguien.
Te acercaste y comenzaste hablar sobre la soledad, dijiste que no era bueno
estar solo, que todos necesitamos estar con alguien con quien hablar.
Comenzamos a platicar y se nos fue el tiempo hasta que llego mi cita. Estabas
nervioso porque no querías dejarme, no te diste cuenta del escalón y tropezaste
con mi pareja. Se enojó mucho y me dijo que nos fuéramos, le dije que no me iba
ir, así que se fue solo. Tu creíste que me iba a enojar contigo, pero en el
momento que se fue empecé a reír, te sorprendió al principio pero después
comenzaste a reír.
Después de eso fuimos inseparables.
Ayer me hiciste prometer que cuando te marches continúe con
mi vida, que sea feliz y encuentre alguien que me ame y lo ame perdidamente,
hiciste que prometiera que con el tiempo olvidara el amor que te tengo y solo
lo recordara como un bello capítulo de mi vida. Pero es una promesa que no
puedo cumplir, quizás continúe con mi vida pero nunca te olvidare. Quizás tú
puedas negar nuestro amor, pero yo no.
Como puedo olvidar todos esos momentos que pasamos juntos,
nuestra primera cita, las vacaciones de verano, las navidades, incluso cuando
lloraba en la noche y tú estabas conmigo diciéndome que todo iba a estar bien
cuando no lo iba a estar.
El día que el doctor nos dijo sobre tu enfermedad llore toda
la noche, en el fondo sabía que algo así podía pasar, algo hermoso y perfecto
como nuestra relación no podía ser real. Tenía que venir con algún defecto.
Es imposible olvidar cada momento especial que pasamos
juntos, no puedo olvidar tus gestos, tus sonrisas, las locuras que hacíamos, tu
forma de amar...
Tengo que decirte adiós
para toda la vida, aunque toda la vida siga pensando en ti.
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