2.- Stud ranch
Un mujeriego, una chica poco delicada y un exconvicto. No podrían tener más diferencias.
¿Cuál es el único lugar donde todas esas diferencias desaparecen?
En el dormitorio.
—Entremos —dijo Liam, tomando la llave tarjeta del hotel a la cual Calla se aferraba. Ella lucía confundida hasta que Liam dirigió su mirada a Mack y añadió—: Todos.
Calla abrió sus ojos, sorprendida, y abrió ligeramente su boca. Pero al abrir la puerta, entró y la mantuvo completamente abierta.
Como invitación.
Maldito. Mack lo sentía en su pecho y en sus testículos: el deseo. Ella no entiende la clase de invitación que está haciendo.
Liam se quedó justo al lado del umbral, pero, aun así, Mack dudaba. Ella se merece a alguien un millón de veces mejor que cualquiera de estos dos tipos cachondos.
Mack estuvo a punto de dar media vuelta e irse. De verdad que sí.
Pero luego Calla estiró su mano y lo tomó de la suya. Con la otra, tomó a Liam. Cuando comenzó a halarlos a ambos hacia adentro, Mack se dejó llevar.
No sabía si estaba entrando al cielo o al infierno. Pero mientras cerraban la puerta a sus espaldas, Mack sabía que no había otro lugar en el que preferiría estar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario