Londres, 1890.
Juliet Braxton es una joven de origen estadounidense que vive en la Inglaterra de fines de la Era Victoriana junto a una abuela de férreo carácter, un tío amable, pero poco apegado, y un primo, por quien siente un profundo afecto fraternal. Su mayor ambición es regresar al que considera su hogar, en donde vivió una feliz infancia. Sin embargo, pese a contar con medios propios para hacer realidad sus sueños, no cuenta con la aprobación de su familia.
Robert, conde Arlington, vive en la tranquilidad del campo con su madre, la condesa viuda, una mujer
que muestra adoración por su hijo; lo único que Robert encuentra intolerable es la constante intervención de su madre en su vida, intentando convencerlo de que se case lo antes posible a fin. A él esto no le hace ninguna gracia, y procura mantenerse alejado de cualquier tentación, pero un accidente pone en su camino a Juliet.
Desde entonces, por un motivo u otro, sus caminos parecen cruzarse una y otra vez, y pese a que él hace todo lo posible por ignorar lo que esta joven le inspira, no puede evitar sentirse atraído y buscar su compañía. Ella, por su parte, temerosa de los sentimientos que Robert le inspira, y obsesionada con la vuelta al país que considera su hogar, procura mantenerse alejada... pero el destino les tiene deparadas muchas sorpresas.
Atracción, intrigas, ambición; pero, sobre todo el amor, son los pilares de esta novela.
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