En vez de eso, estará rodeada de vampiros en la fiesta número mil quinientos del cumpleaños de su líder. Con acceso a sangre sintética y a donantes, los vampiros ya no son sólo criaturas de míticas, sino que están fuera y orgullosos viviendo entre los humanos de los que solían alimentarse en secreto. Y aparte de Olivia nadie parece tener problemas con ellos.
Como si sus problemas de confianza no fueran suficientes para hacerles frente en la fiesta, ella también tendrá que lidiar con los sentimientos por su compañero de trabajo Daniel. Hermoso, amable y honesto, él es el hombre perfecto... excepto por el hecho de que está muerto, su dieta se compone exclusivamente de sangre, y esos largos y románticos paseos en la playa con los que las mujeres fantasean lo convertirían en polvo.
Daniel odia quién y qué es. No hay redención posible, no hay manera de que él sea el hombre que Olivia merece. Pero maldita sea, eso es exactamente lo que él quiere ser.
Y justo cuando por fin ella se abre y lo deja entrar en su corazón, todo por lo que ella vive es puesto en riesgo.
¿Podrá Daniel superar dos vidas de culpa y ser el hombre que ella necesita? ¿Podrá alguno de ellos salir de ésto con vida?
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