Mi nombre es Samantha Ross y esta es mi vida.
Yo existía en un mundo que pocos conocían. En resumen, los remolques y las calles criminales eran mi hogar. Las drogas y el alcohol eran la norma, y la felicidad la excepción. Yo vivía día a día sin saber si al día siguiente iba a tener un techo sobre mi cabeza o comida en el estómago. Mi vida era apestaba. Se llevó todo de mí y no me dejó nada.
Pero había una certeza en mi vida. Una mancha negra en mi ventana del infierno.
Cole Walker.
Él era un criminal. Un ladrón. Llevaba el infierno y la condenación con él dondequiera que fuese. Él hería y destruía. Él tomaba y no daba nada a cambio. Era la angustia y la desesperación envuelta en un paquete hermoso y perfecto. Coches rápidos y mujeres rápidas eran sus aficiones. Sus vicios. Pero él tenía muchos.
Yo era una de ellas.
Yo era su adicción y su anhelo. Su enemiga en esta tierra. Yo le temía. Lo odiaba. Yo lo amaba incluso más.
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