Se supone que un número equivocado es solo eso, un número equivocado.
Se borra y listo.
No sigues enviando mensajes. No coqueteas.
Un número equivocado no debería ser la primera persona en la piensas por la mañana o la última en en la que piensas por la noche... y definitivamente no deberías hablar con esa persona sobre comprar una cabra bebé.
Porque eso sería raro.
Cuando Zach Hastings y yo nos metemos en un lío de números equivocados, no seguimos las reglas.
Seguimos enviándonos mensajes y coqueteando, porque él es perversamente divertido, un perfecto nerd y una maravillosa distracción.
No estoy buscando el amor, y Zach definitivamente tenía el número equivocado.
Pero tal vez...
Tal vez sea el chico correcto.
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