Sus planes se vienen abajo cuando no uno, sino los dos hermanos responsables del accidente regresan a su vida.
Zack es cruel, egoísta y está constantemente restregando en la cara de Lottie lo que le pasó a su amiga.
Zan es diferente. Él escucha sus extrañas divagaciones. Le encanta el libro "Matar un ruiseñor" tanto como a ella, y sus ojos oscuros son irresistibles. Sus palabras son pocas y distantes, pero cuando habla, ella no puede evitar escucharlo.
El problema es que Zan era el conductor en el accidente, y ahora Lottie descubrió que le mintió acerca de lo que sucedió esa noche. Ahora ella debe decidir si confiar en él otra vez conducirá al perdón verdadero, o al más profundo dolor.
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